Este será un post solo para exponer mi opinión sobre la distribución Linux que uso desde hace dos años, y adelanto desde ya, dar la enhorabuena al equipo.
Empecemos con una breve historia para situarnos. Hace dos años era el verano de 2015, yo utilizaba Windows 7, pero de repente tomé una decisión fatal: aprovechar la actualización "gratuita" a Windows 10. Como bien sabréis este sistema es una absoluta porquería, todo un bug. Pues bueno, muy cabreado descubro una distribución Linux basada en Ubuntu que nunca había probado: Linux Mint. Pues vamos a probarla. Descargué la ISO de la por aquel entonces versión más actual 17.2 con el escritorio cinnamon, y en cuanto arranqué el USB quedé totalmente enamorado: el escritorio era precioso, rápido, el hardware funcionaba perfectamente, etc. Ese PC continua aún hoy teniendo el mismo sistema operativo, y la misma versión.
Llega Navidad, y compro un nuevo PC para trabajar, ya que el hardware de ese se quedaba muy corto. Evidentemente trae Windows 10, una porquería, pero no se por qué decido aguantar. Llega el verano, Anniversary Update, y todo sigue igual de mal, e incluso peor en algunos aspectos. Así que, como ya conocía Linux Mint, descargué la versión 18 cinnamon y la instalé. De nuevo la misma sensación, el hardware perfectamente, y el sistema una maravilla. Se convierte en el SO de ese equipo también. Ya no tengo ningún equipo en Windows, ese sistema ha desaparecido de mi hogar, y no lo echo de menos en absoluto, lo garantizo.
Creo que está claro que Linux Mint se ha ganado una plaza fija en mis equipos, y de momento no hay candidato para sustituirlo (y pruebo muchas distros). Por esto, me gustaría dar mi total enhorabuena al equipo de Mint, por hacer simplemente con donaciones voluntarias y lo poquito que ganen con la publicidad un sistema operativo que supera en todos los aspectos (o casi) a Windows, este último desarrollado por una compañía que nada en dinero. Y no solo doy la enhorabuena a Linux Mint, sino también a Canonical, ya que aunque prefiero Linux Mint por diversos motivos, también utilizo Ubuntu y es un sistema fantástico.
Sin más, ¡enhorabuena de nuevo!
Empecemos con una breve historia para situarnos. Hace dos años era el verano de 2015, yo utilizaba Windows 7, pero de repente tomé una decisión fatal: aprovechar la actualización "gratuita" a Windows 10. Como bien sabréis este sistema es una absoluta porquería, todo un bug. Pues bueno, muy cabreado descubro una distribución Linux basada en Ubuntu que nunca había probado: Linux Mint. Pues vamos a probarla. Descargué la ISO de la por aquel entonces versión más actual 17.2 con el escritorio cinnamon, y en cuanto arranqué el USB quedé totalmente enamorado: el escritorio era precioso, rápido, el hardware funcionaba perfectamente, etc. Ese PC continua aún hoy teniendo el mismo sistema operativo, y la misma versión.
Llega Navidad, y compro un nuevo PC para trabajar, ya que el hardware de ese se quedaba muy corto. Evidentemente trae Windows 10, una porquería, pero no se por qué decido aguantar. Llega el verano, Anniversary Update, y todo sigue igual de mal, e incluso peor en algunos aspectos. Así que, como ya conocía Linux Mint, descargué la versión 18 cinnamon y la instalé. De nuevo la misma sensación, el hardware perfectamente, y el sistema una maravilla. Se convierte en el SO de ese equipo también. Ya no tengo ningún equipo en Windows, ese sistema ha desaparecido de mi hogar, y no lo echo de menos en absoluto, lo garantizo.
Creo que está claro que Linux Mint se ha ganado una plaza fija en mis equipos, y de momento no hay candidato para sustituirlo (y pruebo muchas distros). Por esto, me gustaría dar mi total enhorabuena al equipo de Mint, por hacer simplemente con donaciones voluntarias y lo poquito que ganen con la publicidad un sistema operativo que supera en todos los aspectos (o casi) a Windows, este último desarrollado por una compañía que nada en dinero. Y no solo doy la enhorabuena a Linux Mint, sino también a Canonical, ya que aunque prefiero Linux Mint por diversos motivos, también utilizo Ubuntu y es un sistema fantástico.
Sin más, ¡enhorabuena de nuevo!
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